Oración que dicha devotamente delante de un Crucifijo en el
día que se confiesa y comulga, se gana Indulgencia plenaria, y se saca un alma
del purgatorio. Concesión del sumo Pontífice Pío VII.
Mírame ¡Oh mi amado y buen Jesús! Postrado en vuestra
santísima presencia: os ruego con el mayor fervor imprimáis en mi corazón los
sentimientos de fe, esperanza y caridad, dolor de mis pecados, y propósito de
jamás ofenderos, mientras que yo con todo el amor, y con toda la compasión de
que soy capaz, voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello
que dijo de Vos ¡Oh Dios mío! El santo profeta David:
”Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar mis huesos”
”Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar mis huesos”
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