Os rogamos, Señor, que por vuestra piedad tengáis
misericordia del alma de vuestra sierva……y que, habiendo quedado libre del
contagio de la mortalidad, le concedáis ser partícipe de la eterna salvación.
Por Nuestro Señor Jesucristo Hijo Vuestro, que con Vos vive y reina, en unidad
del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Así sea.
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